LA CIUDAD

Una ciudad es el fiel reflejo de quines la habitan…Aunque no se conozcan mayores detalles de su historia y no se sepa quiénes son o qué hacen las personas que allí viven, la primera impresión es la más válida…Si se muestra a los ojos escrutadores del recién llegado sencilla y limpia, bella y atrayente, él puede deducir fácilmente que sus habitantes pueden también ser sencillos y limpios, bellos y atrayentes…
Una ciudad tiene la suficiente transparencia como para sentir al caminar por sus calles su especial vibración energética, las buenas o malas ondas, la higiene o el abandono, los gustos y preferencias individuales exhibidos en cada vivienda familiar…Una ciudad muestra su idiosincrasia en su gente, en la manera de caminar, la postura, los gestos y la fisonomía particular de cada persona. Una ciudad se descubre por el aspecto que presentan sus espacios públicos, sus establecimientos educativos, sus instituciones, sus plazas y jardines. En la presencia o no de seres vivos que acompañan y enriquecen nuestra vida, el verde curativo de la Naturaleza, los árboles, las flores y el especial cuidado que se puso en la elección de cada especie vegetal. Una ciudad también revela la dimensión humana en la solidaridad o la indiferencia de su gente, en las miradas confiadas o recelosas, en la simpatía y la antipatía espontáneas que parecen no encontrar explicaciones lógicas. Como si el odio y el amor, la aceptación o el rechazo vinieran de muy lejos y antiguo, de tiempos ancestrales, como si tuviéramos la certeza de que alguna vez estuvimos todos juntos, en otros planos de vida y que por alguna razón un designio superior nos hizo nacer a todos en este lugar…El lugar indicado, el lugar que realmente nos corresponde…

Estamos aquí para reencontrarnos en espíritu, naturalmente, confiadamente, sin pre-juicios, sin pre-conceptos, tratando de ir hacia el encuentro “del otro” sin el temor que paraliza, sin el rencor que impide la verdadera comunicación. Porque si estamos aquí no es para seguir agregando peso adicional a nuestra mochila, estableciendo lazos enfermizos que limitan el libre accionar del espíritu, ni para dejar deudas pendientes o contraer nuevas deudas morales con la comunidad. Estamos aquí para lograr una purificación, para hacer un blanqueo - personal y colectivo-, para crecer y evolucionar, para ayudar a integrar a toda la comunidad…Y eso se logra cuando dejando de lado intereses personales y el excesivo individualismo, aportamos ideas y trabajamos unidos en pos de objetivos comunes, de ideales comunitarios; cuando la alquimia interior, la metamorfosis, es el resultado final de una elaboración mental y emocional que se proyecta en energía hacia el mundo exterior…
Una ciudad necesita de espíritus creativos y solidarios para que se revele ante nuestra mirada sencilla y limpia, próspera y atrayente, una ciudad que al recorrerla permita sentir que en ella se respira un fresco perfume de libertad y cordialidad comunitaria que aliviana el aire…
Unámonos en la Luz, derribemos por medio de la Luz las barreras mentales y emocionales que nos separan de otros seres. Aportemos ideas, voluntad, creatividad, optimismo y alegría en pos del bienestar general. Trabajemos para crear conciencia de reflexión y unidad…
Un saludo para los chavenses y los habitantes de otros lugares de la geografía que están unidos a este terruño por lazos de amor y amistad.


Por Stella Maris Caprile de Cadenas