Según la jefa del distrito para el censo realizado el fin de semana, Graciela Rivero “los datos de la población estimada, a partir de los datos que se cerraron el domingo a la noche se contó una población de 10.670 personas en el distrito. De esos 5.240 son varones y 5.430 mujeres. En el área rural la proporción es de 60% de entrevistas no realizadas, es decir las casas o lugares relevados que figuran en cartografía, mas o menos un 60% esta deshabilitado”.
Así textualmente se expresaba la encargada del censo 2001, Graciela Rivero en la mañana siguiente al censo. Los datos de Rivero fueron corroborados a través de un conteo provincial preliminar realizado en La Plata que fue dado a conocer por la agencia AIBA en el transcurso de esa misma semana. Allí se coincidía exactamente con los números de Rivero en que la población del distrito era de 10.670 personas contándose nuestro distrito en el tercer orden en el ámbito bonaerense entre los que mas habían sufrido el éxodo de población ( 16,5% menos respecto de 1991).
Cuando el INDEC da a conocer las cifras oficiales, entre medio se “colaron” 710 personas mas ya que el conteo que aparece publicado por el organismo nacional da 12.037 personas para nuestro distrito. ¿Habrá hecho el INDEC un nuevo censo y los pobladores no nos enteramos? ¿Fue el Instituto de Estadísticas y Censos a encuestar un poblador que faltaba y encontró 710 personas que se le escaparon a las censistas locales?. ¿ Hubo un mal conteo y por lo tanto se equivocaron simultáneamente la titular local y los titulares provinciales del censo?.¿ Habrá estado metido en esto el fantasma de Juan E. Barra?.
El gobierno que se fue en diciembre abonó siempre la teoría que el censo 2001 había sido mal realizado y que la cantidad de población registrada no era la correcta. Sin embargo algunos datos abrigan la idea de porque bajamos 2077 habitantes respecto del censo 2001. La baja de matriculas en los establecimientos educativos, preescolares y primarios es considerable, por lo tanto la ancha base de la pirámide que otrora equilibraba la tradicional emigración ya no puede ejercer contrapeso alguno. Por otra parte, la baja de 8.748 a 7.500 habitantes en la ciudad cabecera también tiene asidero si se tiene en cuenta la emigración que ahora ya no es suplida como antes por la emigración interna desde la zona rural.
¿Algún desliz político habrá permitido que la cantidad de gente fuera aumentando proporcionalmente la información viajaba por la autopista La Plata-Buenos Aires? O en definitiva la preocupación estaba dada por la baja en la coparticipación provincial, uno de cuyos índices principales es la cantidad de población del distrito.
Lo cierto es que algo tan sagrado y que rige parámetros varios de nuestra vida cotidiana fue alterado espuriamente.
¿Queda todavía algo en que confiar?.